
El sondeo le pregunto a los encuestados si el gobierno debía activamente desalentar los abortos o dejar que los individuos decidieran por si mismos. Si los encuestados se inclinaban hacia la primera opción se les preguntaba si el estado debía usar métodos coercitivos (multas o penas de cárcel) o simplemente disuasivos (educación, servicios de adopción, etc.).
No es ninguna sorpresa que en los países europeos como Francia (el 95%) o Inglaterra (el 81%) la opinión mayoritaria favorece dejar la decisión totalmente en manos del individuo. Si es bastante revelador que esto es cierto incluso en países tan religiosos y conservadores como Polonia (66%) o Rusia (62%). También lo es que en Turquía una mayoría piense de la misma manera.
De los 18 países solo en uno, Indonesia, una mayoría cree que el aborto debe ser criminalizado.
En México el 70% piensa que el aborto debe ser una cuestión individual y solo el 9% piensa que este debe ser castigado, aunque en todos los estados (menos dos) del país siguen en pie las sanciones contra las mujeres que abortan. Curiosamente, la sociedad mexicana opina muy similarmente a la sociedad gringa (y a la Ucraniana por cierto) solo que allá el aborto es legal desde hace más de treinta años en todos los estados.
La opinión de que el gobierno no debe inmiscuirse con la decisión personal también esta correlacionada positivamente con el ingreso, la educación y negativamente con la religiosidad. Ninguna de esos hallazgos son inesperados pero si lo es en cambio el que la gente de mayor edad opina que el gobierno no tiene porque andar entrometiéndose (el 60% de los mayores de 60) y los jóvenes están en cambio más divididos en torno al tema (48% a favor de desalentar el aborto, el 46% en contra).