16.10.07

"Mexican Passport Required for Discounts"


Siempre me ha parecido curioso observar que los economistas de EEUU tienden a favorecer la migración mucho más que gente de otras profesiones o que el gringo promedio. Esto, supongo, se debe en gran parte a que, por más que los demagogos xenófobos tratan, es difícil encontrar efectos económicos negativos que se pueden atribuir realmente a la migración.

Falso que los inmigrantes generen desempleo. Falso que usen más recursos públicos que impuestos que pagan. Falso incluso que presionen los salarios promedio a la baja (aunque en ciertas profesiones si ocurre esto, pero son la minoría).

En cambio los efectos positivos que tienen sobre la economía en general y en las economías locales donde viven y trabajan en particular están bien documentados y son perfectamente medibles.

Dos economistas, Saul Lach y Aviv Nevo, han descubierto que la migración (legal o ilegal, a los economistas les da lo mismo los pormenores legalistas, los efectos son iguales) tiene un efecto sobre los precios de los bienes locales. Dice Nevo:

"The broad principle is immigrants change the mix of consumers and will likely
change the relative prices of different products."

Resulta que los inmigrantes son mucho más sensibles a los precios relativos, es decir, son consumidores mucho más racionales y cuidadosos, lo cual crea incentivos para una mayor competencia entre minoristas y presiona los precios a la baja:



They go the extra mile to the cheaper gas station. Lach found that new immigrants spend much more time comparison-shopping than natives -- perhaps because their economic circumstances force them to look for the best deals, or because they have more discretionary time to compare prices, or because they have not yet developed brand loyalties.

This prompts stores not to increase their prices as often or as steeply . . . or even to lower their prices in order to capture as many immigrant customers as possible. The population at large should benefit from this downward pressure on prices because stores cannot discriminate between natives and immigrants.


Aunque haría sentido discriminar entre inmigrantes y nativos es bastante entendible que no lo hagan: imagínense que Wal Mart pusiera dos etiquetas, uno con el precio para el migrante y el otro para el gringo (más caro) y que en la caja le pidan a uno su pasaporte para demostrar que se merece los precios más bajos. O imagínense que un outlet pusiera un letrero: “no discounts for rednecks, mexicans welcome.”