4.12.07

Midiendo Aciertos, Sopesando Desaciertos


El sábado cumplió un año Calderón de haber asumido la presidencia en México y la comentocracia ha saturado los periódicos con cientos de listas y opiniones de los “aciertos y desaciertos” del primer año de su gobierno.

Tiene Reyes Heroles razón cuando hoy argumenta en su columna que no todos los aciertos tienen el mismo peso ni que todos los desaciertos son igualmente oprobiosos. Si fuera una balanza algunos pesarían un kilo y otros unos cuantos gramos. La importancia relativa de cada uno no es de ninguna manera equiparable. Y lo que haya de un lado de la balanza no le quita peso al otro, es decir, lo que es positivo no justifica los retrocesos y lo negativo no le quita el mérito a los genuinos avances.

Por eso propongo la siguiente clasificación de tonos de gris:

1) Acierto más irrelevante: La "Recuperación de la Diplomacia"

Una típica opinión (en este caso de Rosario Green) considera un gran avance que México haya "normalizado" las relaciones bilaterales con Cuba y Venezuela y lo mencionan como un logro mayor. Hay importantes avances en política exterior pero ese no es uno de ellos. Calderón decidió regresar a una vieja retórica en la política exterior, ambigua y cursi, que privilegia las apariencias, las formas, y el llevar la fiesta en paz con todos. Claro que es positivo evitar escándalos como el "comes y te vas" y el del "cachorro del imperio" pero el que México regrese a una política exterior de bajo perfil no necesariamente es un acierto.

2) Acierto más subestimado: Entender como funciona el legislativo y negociar habilmente reformas claves como la del ISSSTE y la fiscal que, aunque lejos de perfectas, es más de lo que Fox pudo sacar adelante en 6 años. Citando a Silva Herzog:

Desde los primeros acercamientos con la legislatura fue claro que el nuevo Ejecutivo entendía el funcionamiento de las asambleas, los rituales del trabajo legislativo y las sensibilidades de los partidos. En su caso, el conocimiento es parte de su experiencia política central. En efecto, Calderón dio sus primeros pasos en la pista partidista y conoce, desde dentro, el funcionamiento de un parlamento. Gracias a ese entrenamiento, el gobierno ha podido trabajar con el Congreso. Se ha negociado mucho, se ha cuidado el lenguaje, se ha mostrado apertura para encauzar las exigencias de otros. De este complejo diálogo entre poderes ya han salido frutos. Tras una larga parálisis, el vehículo de la política ha empezado a moverse de nuevo.

3) Desacierto más grave: Indiferencia y Lentitud en Desmantelar Estructuras Monopólicas

Como Jorge Castañeda dice lapidariamente (y correctamente):

En su primer año de gobierno, el presidente Calderón no ha querido, o no ha podido, poner en práctica una sola medida antimonopólica digna del nombre.

¿Por qué es tan grave esto? Denise Dresser explica:

Un lugar donde las fortunas oligopólicas se construyen a partir de la protección política y no de la innovación empresarial. Donde aquellos que Jorge Zepeda Patterson -en su nuevo libro- llama "los amos de México" han promovido la extracción de rentas en lugar de la promoción de mercados competitivos. Donde el crecimiento es menor que en el resto de América Latina, debido a los cuellos de botella que los oligopolios han diseñado, y sus amigos en el gobierno les ayudan a defender.

Lo más preocupante es que Calderón parece pensar que esto no es ni urgente ni prioritario, como gran parte de la clase política mexicana. Peor aún, es un tema que genera más bien apatía entre la ciudadanía y, por supuesto, tiene sus defensores del status quo entre la clase empresarial. Aquí la columna de Calderón en The Economist donde verán que solo menciona por ahí que hay que introducir más competencia a las telecomunicaciones pero eso es todo. Hay mucho, mucho más que hacer en este campo pero parece conformarse con una quinta parte de lo que se tiene que hacer.

4) Interrogante mayor: La militarización de la lucha contra el narcotráfico

Muchos han opinado que es terrible recurrir al ejercito en la lucha contra el narcotráfico y que el ejercito no está allí para eso. Los resultados han sido hasta ahora positivos (incautaciones récord de cocaína, extradición de docenas de capos, colaboración internacional exitosa, un golpe duro contra el cartel del golfo) pero a largo plazo todo es aún bastante incierto. A la larga se podría estar exponiendo al ejercito a fuerzas que lo pueden corromper o se le está dando un poder que no conviene que tenga sin contrapesos.