1.11.07

Putin y su Fiel Poodle



Vladimir Putin es un ex-agente de la KGB así que no es nada nuevo en su carrera encubrir sus verdaderas intenciones y ocultar sus planes a futuro.

Nadie, sin embargo, pensó que al acabarse su periodo presidencial se iba ir a su rancho (o castillo medieval) y retirarse de la política.

Por fin hay indicios de como piensa aferrarse al poder, como detalla The Economist en un número reciente. Tres posibilidades:

Modelo Porfirio Díaz: La primera posibilidad es que Putin nombre por dedazo a su sucesor en la presidencia y el se retire a algún puesto bien remunerado pero no muy exigente que le permita, digámoslo sutilmente, influir, sobre el Kremlin en sus ratos libres y pavimentar su camino de regreso a la presidencia (la constitución permite la reelección, pero no inmediata). Si de plano se aburre de esperar 4 años lo puede convencer a que renuncie por razones de salud y, si no, de nuevo recurriendo a la sutileza, causarle un problema de salud. Al renunciar este, habría nuevas elecciones y Putin se postularía como candidato y retomaría la presidencia sin quebrar la constitución.

Modelo Chávez: La otra posibilidad es incluso más descarada pero dentro de sus poderes maquinar: antes de que acabe su presidencia, pedirle a la Duma, dominado por su partido de fieles, que le de poderes extraordinarios y declare un estado de emergencia y en ese periodo especial pedirle al parlamento que se elimine cualquier restricción a la reelección así volviéndose un presidente-de-por-vida a la Castro, Chávez o Lukashenko.

Modelo Bismark: La opción más difícil pero que no se puede descartar es que le den más funciones reales al puesto de primer ministro y dejar a la presidencia como simbólica (como en Italia). Su partido lo nombraría como Primer Ministro al acabar su presidencia sin tener que ser electo directamente y se haría un modelo parlamentario a la talla.
Aunque acaba de anunciar que puede "no ser adverso" (maravilloso eufemismo) a ser primer ministro, sospecho que va seguir el modelo Díaz porque eso le permite parecer respetar el proceso democrático y no manipularlo cínicamente. Estoy de acuerdo con quienes especulan que precisamente por eso acaba de nombrar a Viktor Zubkov como primer ministro, un gris y desconocido burócrata con pocas ambiciones y muchas canas. Lo más probable es que escoja por dedazo a Zubkov (aunque formalmente sería el partido que lo nombre) como candidato a la presidencia, la cuál obviamente ganaría. Zubkov entonces sería su fiel poodle (o segundo poodle si se cuenta a Tosya, la mascota oficial, arriba) y Putin el hombre detrás del trono hasta que de nuevo retome el trono.