5.12.07

Cambios Políticos y Cambios Climáticos

Este lunes comenzó la Conferencia sobre Cambio Climático auspiciado por la ONU y con representantes de 180 países en la isla paradisíaca de Bali, Indonesia. Allí se pretenden lanzar las negociaciones para crear un nuevo tratado que reemplace al Tratado de Kyoto que expira en el 2012. Las negociaciones prometen ser difíciles, frustrantes y largas (por eso empiezan desde ahorita), sobre todo con China y EEUU, los dos más grandes contaminantes (en emisiones de CO2) que llegan a la mesa de negociación de mala gana y con muchas condiciones.




De los 15 países más contaminantes (en donde México figura en décimo lugar) solo 2 no son parte de Kyoto- EEUU y Australia- aunque el nuevo primer ministro australiano, Kevin Rudd, acaba de prometer que hará todo lo posible para que Australia se una al tratado y todo parece indicar que tiene el apoyo parlamentario para lograrlo. De hecho algunos van tan lejos como sugerir que el anterior primer ministro lo corrieron los votantes por su ambivalencia hacia el tema así que más le vale cumplir con sus promesas electorales.
La administración Bush por su parte se niega rotundamente a ratificar cualquier tratado que imponga reducciones obligatorias a sus emisiones así que no mucho se va lograr con EEUU hasta que llegue un demócrata a la Casa Blanca (por parte de los republicanos solo John McCain está a favor de los limites pero tiene nula probabilidad de ser candidato). Aunque para ser justos hay unos cuantos gringos progresistas y la evidencia para ello es que 21 estados ya mandaron a volar a Bush y han impuesto sus propios limites estatales de emisiones.
China por su parte se niega a sacrificar crecimiento económico por menor contaminación aunque si se le presiona, chatajea, amenaza, regaña y soborna con algo más (de eso se trata la diplomacia después de todo) puede que haga unas cuantas concesiones.
Los otros actores clave en la negociación son Brasil e Indonesia lo cuál podría parecer muy raro ya que conjuntamente son responsables de menos del 3% de la contaminación mundial.
Pero resulta que ambos tienen algo de enorme importancia para frenar el calentamiento global: enormes bosques. Ambos países se dieron cuenta, muy astutamente, que podían multiplicar su peso político en las negociaciones si condicionaban frenar la rampante deforestación que está acabando con sus bosques. Es decir, van a cobrarle a los demás países el bajarle a la destrucción de sus bosques lo cuál es bastante complicado hacer pero se puede lograr (los europeos llevan décadas pagándole a sus agricultores por no sembrar o criar vacas para que no caigan los precios agrícolas, por ejemplo) y es prácticamente la única manera de crear un incentivo para que resulte más rentable conservar la naturaleza que explotarla destruyéndola.
Pero eso a la vez no le conviene a otros países porque si se les "paga" a Brasil e Indonesia por no deforestar a ellos se les va a "pagar" menos para no contaminar lo cuál es lo que hacen actualmente con Kyoto (seguramente habrá alguien que llegue a llamar eso competencia desleal).
Suerte a los negociadores que la tienen muy difícil.
Aquí dos excelentes artículos sobre el tema: uno y dos.