20.2.08

El Próximo Monarca Cubano


Ayer abdicó Fidel Castro. Abdicó, no renunció, como "Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe". La manera en que lo hizo, sin rendir cuentas a nadie, aplaudiendo su figura y heroísmo, y sin la más mínima intervención del pueblo cubano, en nombre de quién todo se hace, confirma que este es un suceso sobre todo simbólico. Y lo más revelador de todo: aclara que seguirá ofreciendo sus reflexiones de sublime sabiduría para guiar a un mundo que se sentirá desamparado sin el (que por cierto aparecen en La Jornada casi diariamente).


La fecha que escogió para hacerlo parece indicar una astucia política admirable: para minimizar el tiempo de incertidumbre y las presiones internacionales, anunció su jubilación a penas unos días antes de se tenga que destapar, el domingo, quién va reemplazarlo en el trono de la isla (algunos lo llaman "elección" pero en los relevos dinásticos no hay mucho que escoger). Así, con casi absoluta certidumbre, su hermano Raúl lo van a coronar el domingo y Fidel va a verlo todo desde su pantalla de plasma, y para él la "transición" habrá concluido y la revolución estará a salvo.


Y mientras viva tal vez sea el caso, como Augusto Zamora explica:


No es posible olvidar, en este momento singular, la figura de otro dirigente comunista que, aduciendo razones de salud, abandonó voluntariamente el gobierno. En 1989, a los 85 años de edad, Deng Xiaoping renunció a todos sus cargos oficiales al frente de la República Popular China. La única designación oficial que mantuvo fue la de presidente de la Federación China de Ping pong. No obstante, Deng siguió ejerciendo el poder desde su cargo deportivo y, hasta su muerte, en 1997, a los 92 años, continuó ejerciendo un gran poder. Nadie puso en duda su condición de líder supremo de China.


Pero la verdad dudo mucho que Fidel viva hasta los 92. Y cuando muera no se podrá mantener el fidelismo como forma de gobierno por mucho tiempo más. Ni Raúl ni nadie más podra prolongar por mucho tiempo lo que fue una dictadura unipersonal. Lo cuál no significa que Cuba de repente va convertirse en una democracia ni mucho menos. Hay tres escenarios que se me ocurren como los más posibles:


1) El Modelo Xiaoping: Fidel es Mao, su hermanito es Deng Xiaoping. Mao y Fidel fueron fanáticos de su ideología, patológicamente caprichosos, cerrados a cualquier semblanza de cambio, con una concepción de si mismos como redentores insustituibles de la humanidad. Xiaoping y Raúl son hombres mucho más pragmáticos, más gerentes que guerilleros, más administradores que revolucionarios, más eminencias grises que carismáticos líderes. Xiaoping también resulto ser un visionario que sepultó el Maoismo, abrió a China al mundo y fundó las bases del milagro chino. Muchos dicen que Raúl puede jugar el mismo papel con Cuba pero la verdad dudo mucho que Raúl pueda hacer tanto. Es el hermano de Fidel después de todo, no su rival político. Por eso puede que inicie unas tímidas reformas económicas pero no se puede esperar tanto de él.


2) El Modelo Somoza: Los cubanos son latinos, no chinos, y una sucesión dinástica es más bien señal de la debilidad del sistema cubano que de su fortaleza. Más aún cuando se pasa el mando de un viejito a otro viejito. Sin Fidel, Raúl no puede mantener unido al país, o bien porque se rehúsa a usar la represión o porque se desata una competencia por el poder. La sucesión dinástica fracasa y algún grupo político lo saca del poder luego de bastante violencia. Se impone otro como nuevo monarca o, con mucha suerte, todos se ponen de acuerdo de que solo mediante elecciones se pueden dejar de matar.


3) El Modelo Checo: Una revolución de terciopelo patrocinada por Raúl. Todos muy civilizados deciden que sin el barbudo no hay porque seguir con el cuento del socialismo. Lo que quieren es conseguir ipods y ropa interior lo más pronto posible. Es un caos al principio pero al menos es un cambio de la rutina aburrida.


Bajo todos los escenarios la revolución cubana esta viviendo su última fase. Que tan rápido, con que tanta sangre y que tipo de gobierno resulte (no necesariamente una democracia ejemplar) son las verdaderas interrogantes.

Y la mayor de las interrogantes: ¿que papel jugaran Hugo Chávez, los cubano-americanos, el próximo presidente americano y la OEA? De México ni pregunto porque como nuestra cancillería amablemente nos aclaró, se va a limitar a desearle a Fidel una pronta recuperación de su autopsia.