24.6.08

Cesar Martinelli y La Verdad detrás de las Mentiras


Hace unos meses ENLACE publicó los resultados de las "mejores primarias del país" y, o sorpresa, resulta que los primeros dos lugares se la llevan dos primarias en Chiapas, el estado más pobre del país y con la menor tasa de alfabetización. ¿Como lo lograron?

Haciendo trampa por supuesto. ENLACE es una farsa porque crea enormes incentivos para que las escuelas reporten puntajes altos entre sus alumnos y no tiene mecanismos de vigilancia para disuadir los engaños. Este es un ejemplo extremo donde la falsificación de los resultados es tan evidente que salta a la vista pero este tipo de falsificaciones y mentiras son bastante más comunes de lo que se cree.

Me entero a través del blog de Freakonomics de un nuevo paper de Cesar Martinelli, maestro del ITAM e investigador del Centro de Investigación Económica, que trata de medir y explicar que tan común es este tipo de "mentiras", en particular cuando la gente tiene incentivos para reportar algo un tanto diferente a la verdad. Martinelli explica que la gente a veces exagera su pobreza (para obtener ayuda de programas sociales) y a veces al contrario subestima su bienestar (por verguenza a admitir que son realmente muy pobres y para evitar el estigma social asociado). Ambas son mentiras pero utilizadas por motivos muy diferentes y con fines distintos en mente. En ambos casos conviene decir algo diferente a la verdad.
Martinelli utiliza la base de datos del programa de acciones contra la pobreza extrema Oportunidades para ver que tanto la gente miente sobre su verdadero nivel de vida comparando con lo que reportaron. A partir de eso mide que predomina: el "costo de mentir" (ser negados fondos) o el "costo de la verguenza" (vivir con el estigma social). También se le puede ver al revés, la gente compara el "beneficio de parecer más pobres" (fondos de Oportunidades) con el del "beneficio de parecer más ricos" (presumirle a sus vecinos o algo por el estilo).

Martinelli encuentra que en efecto la gente esconde tener, por ejemplo, vehículos, cablevisión o líneas telefónicas. En cambio muchos esconden no tener escusados, agua potable y pisos de concreto. Arriba una tabla con los resultados completos.

Bueno y ¿que importa si la gente miente sobre tener un microondas?

Muchísimo, pues demuestra a que grado el bienestar material no lo es todo y que la gente realmente le importa su posición relativa (estar al menos tan bien como sus vecinos) más que su posición absoluta (pobreza objetiva).

Igualmente demuestra que casi cualquiera detecta y explota oportunidades para decir mentiras cuando hay fuertes incentivos para hacerlo y cuando la contraparte no tiene como verificar objetivamente la verdad. Esto occure por igual cuando a la gente se le pregunta sobre sus preferencias electorales, su nivel de educación o sus verdaderas opiniones sobre el aborto, por dar solo tres ejemplos más: tienen buenas razones para esconder lo que realmente piensan, prefieren o tienen. A veces para obtener una ventaja económica pero muchas veces simplemente para defender una reputación.

En palabras de Martinelli:

There is evidence that people deviate from single-mindedly pursuing what is best from the point of view of their individual material interests in a variety of circumstances: they vote even though they know they are not decisive, they give to charities and political organizations, they punish others at a cost to themselves when they believe they have been treated unfairly.

Martinelli, junto con Nicolas Melissas y Jeffrey Weldon, han puesto al ITAM en el mapa en investigaciones de teoría de juegos y esta publicación confirma que se esta haciendo trabajo de altísima calidad en este campo en el ITAM lo cuál me da un enorme gusto.

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